domingo, 23 de octubre de 2011

EL AJO

El ajo y el aloe vera pertenecen a la familia de las liláceas, ambos tienen grandes propiedades medicinales. El ajo se caracteriza por poseer un tallo enterrado en lugar de la raíz; existen muchas variedades de ajos, la más común es la Allium Sativum, L.


Es rico en azúcares, proteínas, calcio, potasio, fósforo, azufre, yodo y silicio, además de vitaminas A, B1, B2, B3 y C.

Contiene:
  • Allicin, un poderoso antibiótico natural en muchos casos mejor que la penicilina y la tetraciclina.
  • Ajoene, un compuesto descubierto por el Dr. Erik Blok de la Universidad de Nueva York. Este producto impide la formación de coágulos en las arterias y por lo mismo previene contra las embolias. También ayuda a controlar el colesterol en sangre.
  • Selenium, es rico en este elemento indispensable y necesario para neutralizar o eliminar los radicales libres y por lo tanto previene contra un gran número de enfermedades. El selenio es un antioxidante que ayuda a disminuir los efectos de la vejez y de la oxidación de las células. Combinado con las vitaminas A y E, el poder rejuvenecedor se aumenta.
  • Saponins, un compuesto que ayuda a bajar la presión arterial y por ello previene contra las embolias.
Gracias a estas características es que ha gozado el ajo de una gran fama desde la antigüedad. El pueblo babilónico ya lo usaba 3.000 años antes de Cristo, considerando al ajo una planta milagrosa, usándolo contra enfermedades del aparato respiratorio, así como afecciones cutáneas, incluso la lepra, además para ahuyentar las amibas y gusanos intestinales.

En Egipto el ajo es mencionado por el historiador Herodoto en donde habla de una inscripción hecha en la gran pirámide de Keops, en la que se indica que "el ajo es uno de los vegetales diariamente suministrados a los trabajadores".

Actualmente, los egipcios toman el ajo antes de las competiciones deportivas. Historias similares se pueden contar de Grecia, en donde Aristóteles menciona al ajo diciendo "ayuda a la cura de hidrofobia y es un buen tónico laxante".

El ajo tomado con el tomillo multiplica su poder de antibiótico natural y lo hace más digerible. El ajo combinado con la lecitina tiene mayor poder de asimilación.

  1. Poder antibiótico, anv¡tiviral y germicida. Este efecto ha quedado bien demostrado contra bacterias como estafilococos, estreptococos, salmonelas y demás gérmenes que habitualmente causan infecciones diarréicas y gastrointestinales, así como las broncopulmonares. Además las causadas por hongos, como la tiña y la candidiasis.
  2. Expectorante de los pulmones, ayuda a desprender la secreción de las mucosas infecciosas nocivas en los bronquios. Además previene contra catarros y gripes. El Dr. Irwin Ziment, experto en medicina pulmonar comenta que el ajo y algunos chiles funcionan muy bien como expectorantes.
  3. Vermifugo. Elimina lombrices intestinales de los niños.
  4. Antirreumático. Frontar con dientes de ajo molido junto con loción caliente de aloe, las articulaciones doloridas e inflamadas afectadas por dolores reumáticos, provoca un efecto desinflamante y calmante.
  5. Hipertiroideo. Contiene gran cantidad de yodo, por lo que ayuda a las personas que padecen bocio hipotiroideo causado por la deficiencia de este mineral.
  6. Digestivo.  Previene el bloqueo por nervios o estrés de al secreción de los jugos gástricos y pancreáticos e incluso los intestinales encargados de digerir los nutrientes, además de provocar que la musculatura digestiva se encuentre relajada y tonificada.
  7. Antidiabético. Es de gran ayuda ya que disminuye el nivel de glucosa en la sangre, esta acción se debe a que aumenta la secreción de insulina encargada de mantener los niveles normales de azucar en sangre.
  8. Hipotensor. Actúa como vasodilatador favoreciendo una mayor irrigación sanguinea a la vez que provoca disminución de la presión arterial.
  9. Reductor de la grasa en la sangre. Se ha demostrado que provoca disminución de las lipoproteínas de baja densidad (favorables). Además de disminuir el colesterol y los triglicéridos. Estudios realizados en diferentes universidades como la de Munich, el Centro de Investigación clínica en Nueva Orleans, la Universidad de oxford y otras instituciones, han corroborado la reducción de los niveles de colesterol LDL (malo) cuando se da a los pacientes un diente de ajo diariamente.
  10. Ateroesclerosis y trombosis. Se demostró en 1990 por la Universidad de Pennsylvania que la ingestión diaria de ajos durante un mes provocó la disminución de la coagulación y destrucción de coágulos del 72 al 85%.
  11. Revitalizador. Desde la antigüedad se ha asociado al vigor, a la resistencia física y a la fuerza, provocando gran resistencia en los atletas.