martes, 1 de noviembre de 2011

¿APRENDER A MENTIR? "Il faut cultiver notre jardin"

A nadie se le ocurriría plantar una semilla de clavel en un búcaro de cristal y colocarla en el centro de la mesa del salón para exhibirla, ¿verdad? Sería un poco raro. Normalmente plantamos la semilla en una maceta con buena tierra para que pueda germinar, crecer y transformarse... Porque lo que nos interesa no es la semilla, sino la futura planta llena de claveles.

Cuando practicas la jardinería ves las semillas no como lo que son, minúsculas y nada interesantes por sí mismas, sino como aquello en lo que se convertirán; bien lo saben los comerciantes de semillas que ilustran sus paquetitos con preciosas fotos coloridas de las plantas crecidas y en floración, que te dan ganas de comprarlas todas. las semillas no son simplemente semillas para ti, sino plantas llenas de claveles en flor. y es con esa imagen en mente que realizas todas las acciones necesarias para que se transforme, las riegas, las abonas, quitas las malas hierbas...

Esta imagen tan simple y clara cuando se trata de jardinería, sin embargo no  lo es tanto cuando nos referimos a nuestra vida en el día a día. Hemos aprendido a ver las cosas exactamente como son, sin cuestionamientos. Nos hemos creído que tenemos que exponer nuestras semillas en el búcaro de cristal, que se vean bien, y dedicar nuestro tiempo a examinarlas. Nos sentimos tan obligados a hacer frente a la realidad, a analizarla y juzgarla, que olvidamos "plantarla en la maceta", con lo que le impedimos transformarse.

Nuestro gran reto es el de ver más allá de nuestro presente inmediato, el pensar, vibrar y actuar no solo en función del estado actual de las cosas, sino también de lo que está por venir. Por supuesto que la realidad física es muy concreta, al fin y al cabo lo vemos todo en tres dimensiones, con sus efectos de luz y sonido. Pero si consagramos toda nuestra atención a esa realidad y no le dejamos espacio para que geste su potencial, estamos bloqueando de manera involuntaria el movimiento de cambio y transformación.




Ver lo invisible es muy a menudo un gran desafío. No siempre es fácil imaginar los claveles en la minúscula semilla y tener la audacia de cultivarla cuando no tenemos nada "real" en lo que apoyarnos. Hay que ser valientes para comenzar a pensar y a actuar en función de un magnífico desenlace que todavía no podemos observar. Nos produce la sensación de estar, de alguna manera, mintiéndonos, ya que nos vemos regando las semillas que siquiera han comenzado a germinar.

Y es justo esa zona de "mentira" el espacio en el que permitimos que actúe la magia de la vida. Como "jardineros" de nuestra vida, tenemos que ser más grandes que la cosecha del momento, tratar de ir siempre unos pasos por delante, cultivando esas flores que todavía no se ven. Ser más bien un visionario que un observador. Un visionario que no duda en contarse historias, ya que sabe que no son "mentiras" sino futuras realidades; porque sabe que en realidad los futuros claveles son tan verdaderos como la semilla actual.





Prepara con confianza la llegada de lo que quieres, deja espacio a tu alrededor, inicia un movimiento en la dirección deseada, piensa y actúa ahora como la versión de ti mismo en la que te habrás convertido cuando alcances tu objetivo. Cuida con mimo tu jardín y deja que la naturaleza te envuelva.


Isabel Sales. Coach personal y formadora.