domingo, 5 de febrero de 2012

SIN EL EGO, SE LIBERA TU VERDADERA ESENCIA...

El EGO no se manifiesta sólo a través de una actitud de superioridad o una exacerbada autoestima, sino que “ego” es todo pensamiento, creencia limitante, o emoción, que te aleja de tu libertad interior. Y “libertad” es poder ser tú mismo.


Solo si la conciencia de tu yo es más fuerte que la voracidad de tu ego, ¡podrías ser libre! incluso creativo sin importarte demasiado la opinión de los demás o el quedar bien. Así que…


¡¡ L I B É R A T E !!

1. No te sientas ofendido. Lo que te ofende solo contribuye a debilitarte. Si buscas ocasiones para sentirte ofendido, las encontraras cada dos por tres. No va todo ni todos contra ti. Sentirse ofendido es dar importancia a lo que no controlas, y crea energía destructiva que primero lleva al ataque, al contraataque y a la guerra. Tomar todo lo que ocurre o acciones ajenas, como una afrenta personal, -sin serlo específicamente- dificulta nuestras relaciones. El ego en plena acción, intentará convencerte de que el mundo no debería ser como es.
Igualmente, no debemos provocar ni ofender, ¡ese también es el ego! ¡el que busca conflictos y revanchas!
Es mucho mejor convertirte en degustador de la vida y sonreír en esas situaciones, para permitirnos “ser”…

2. Libérate de la necesidad de ganar y tener razón. Al ego le encanta dividirnos entre ganadores y perdedores. Solo vive porque existen conflictos. Siempre habrá alguien más joven, más fuerte, más listo y más hábil que tú en determinados asuntos, y siempre volverás a sentirte insignificante e ignorante. Error. Tú no eres tus victorias. Nos sentiremos mejor al ofrecer a esa persona que quiere compartir información con nosotros, la posibilidad de que se sienta mejor diciéndole que gracias por haberte enseñado algo.
En contraposición, no debemos ver a los demás como perdedores ni ignorantes, ni recrearnos en la victoria, ya que ésta puede ser circunstancial o también una lección para uno mismo. Resulta a veces frustrante querer compartir algo que un ego puede ver como una posible agresión a su razón de ser: la falta de humildad.
No existen perdedores en un mundo en el que todos compartimos la misma fuente de vida. Si la mente no rinde para ganar ese día, puede ser por desconocimiento, por falta de experiencia…sencillamente no importa, házselo saber a tu ego. El ego, el personaje, nunca se identifica con aprendizaje. Le tiene miedo. Porque si el YO adopta el papel de observador, disfrutándolo todo sin necesitar ganar un trofeo, ha hecho desaparecer al ego. Así podrás vivir en paz, en tu vida surgirán más victorias a medida que dejes de ir tras ellas.
Olvídate de la necesidad de ganar o tener razón aceptando que lo opuesto no es perder, sino aprender.

3. Libérate de la necesidad de ser superior. La verdadera nobleza no tiene nada que ver con ser mejor que los demás. Se trata de ser mejor de lo que eras antes y regalarlo al mundo. Céntrate en tu crecimiento, con constante conciencia de que no hay nadie mejor que nadie en este planeta, simplemente el bagaje y los aprendizajes nos hacen diferentes. El contenido de la mochila de cada uno es algo muy personal. Podemos intercambiar, compartir…Todos tenemos la misión de mejorar la esencia que nos fue dada, y tenemos cuanto necesitamos para cumplir con ella. Nada de esto es posible cuando te consideras superior a los demás.
Para eso, tenemos que sabernos iguales, con diferentes datos en el disco duro, pero nunca superiores.

4. Libérate de la necesidad de identificarte con tus logros. Puede resultar un concepto difícil si piensas que tú y tus logros sois lo mismo. Cuando te apegas a esos logros y crees que lo estas consiguiendo tú solo es cuando abandonas la paz y la gratitud. Tú eres el observador, fíjate en todo y agradece las capacidades que te han sido concedidas, la motivación para lograr objetivos y los conocimientos que por ellos has acumulado, pero atribúyele todo el mérito a la fuerza de tu intención que te dio la existencia y de la que eres consecuencia.
Cuanto menos necesites atribuirte el mérito de tus logros más libre serás de conseguir cosas, que te surgirán con más frecuencia.

5. Libérate de tu fama. La fama que tienes no existe en ti, sino en la mente de los demás y, por consiguiente, no ejerces ningún control sobre ella. Si hablas con treinta personas, tendrás treinta famas distintas. Si te preocupas demasiado por cómo te van a percibir los demás, te habrás desconectado de tu verdadera intención y has permitido que te guíen las opiniones de los demás. Así funciona el ego. Considera más importante el juicio ajeno de lo que es, y mantiene a raya el juicio propio, por eso aparecen faltas de autoestima en personas expuestas a grandes masas de gente.

Mantén tu propósito, deslígate de los resultados y acepta la responsabilidad de lo que reside en ti: tu carácter. Deja que otros discutan sobre tu fama; no tiene nada que ver contigo.

Se podría decir que el ego es como un airbag que se infla automáticamente. Cuando te pones a la defensiva se te infla el airbag y se te desinfla la conexión con tu YO. Cuando se te infla el airbag (el ego) chocas, al igual que en la realidad, pero en este caso chocas con la vida.



Y hablando de coches, nos enseñan a conducir vehículos para transportar nuestro cuerpo, pero el vehículo más importante es el que nos transporta por la vida de una u otra forma: la AUTOESTIMA.

Hay quien puede confundir el ego (lo que he creado por que creo que los demás quieren ver en mi) con la autoestima (lo que yo valoro de mí mismo desde el autoconocimiento). Pero eso ya es otro artículo…

3 comentarios:

  1. Gracias por esta oportunidad que nos regalas para echar una mirada hacia el interior

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  2. Gracias por esta oportunidad que nos regalas para echar una mirada hacia el interior

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  3. Gracias a vosotros por leerlo...

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